Es por esto que se hace necesario no solo adjudicar esta reforma laboral a unos políticos corruptos, sino comprender que esta reforma obedece a la lucha entre capital y trabajo, no sólo a nivel nacional, que es a lo que se enfocan muchas organizaciones, sino también a nivel mundial.
Desafortunadamente los análisis de muchas organizaciones se quedan cortos, atribuyendo el origen del problema a una dictadura en México desde hace 70 años, cuando el problema va más allá. Los recortes a los derechos más elementales de los trabajadores por parte de los partidos burgueses, esto es, partidos políticos que representan los intereses del capital (esto es, de la explotación de los trabajadores, para generar mayor plusvalía a las empresas) es una tendencia mundial, por lo que requiere una estrategia mundial de lucha, donde lo que se intenta con esta crisis es aplastar toda resistencia obrera.
Esta resistencia obrera esta representada en su organización, por lo que se quiere desarticular legalmente esta organización, para así no poner trabas a la acumulación de capital.
Es por esto que se hace necesario no estancarse en análisis de corto alcance, ya que esto lo que hace es ocultar el problema de fondo, y no permite darle la orientación más acertada a la lucha obrera para alcanzar sus objetivos de la defensa de sus intereses, así como del cambio del tipo de sociedad que nos mantiene en una opresión cada vez más insoportable. Aunque también existen organizaciones y partidos que se llaman socialistas, en los hechos concretos de hacia donde dirigen sus acciones se vé finalmente reflejado si están construyendo poder obrero o popular, esto es, una fuerza conciente e independiente de las direcciones que los explotadores les imponen, o lo único que intentan es asimilar a las masas a los fines de los explotadores, indicándoles caminos ilusorios o desatinados para su emancipación.