El país, que fue saqueado durante décadas por el colonialismo francés, obtuvo su independencia formal en 1960 pero su posterior historia ha estado plagada de golpes de estado, magnicidios y feroz represión contra cualquier sombra de rebelión, todo ordenado desde los invisibles hilos de los grandes monopolios que atan a los políticos, los generales, la prensa, etc. El país es fuente de abundantes recursos minerales, como el petroleo, uranio, diamantes, cuenta con abundantes tierras de cultivo e instalaciones de energía hidroeléctrica, cuya riqueza se transfiere en proporciones salvajes a las cuentas de los monopolios que clavan el diente en la región.
Para hacerse una idea de que tan aplastante es el poder de estos monopolios consideremos a la francesa Areva dedicada la energía nuclear y que extrae combustible del suelo centroafricano. Esta empresa reporta ganancias por 10.863 millones de euros, mientras el Producto Interno Bruto total del pais llega a 3.254 millones de dólares. Este aplastante poder le permite a Areva imponer un acuerdo bajo el cual se queda con el 90% del beneficio de su explotación minera, sin reparar en costos por practicarlo a cielo abierto. Con razón el Palacio del Elíseo hace sonar los tambores de guerra.