El impacto en la vida de los pueblos es dramático:
El 16% de la población total sufre de desnutrición.
El paro aumenta de forma continua.
1 de cada 6 personas en el mundo no tiene acceso a agua potable.
Más de 100 millones de personas están sin hogar. Millones de personas viven en barrios marginales. Cientos de millones de personas viven de alquiler o tienen que pagar hipotecas exorbitadas obtener su propia casa.
920 millones de personas siguen siendo analfabetas.
8,1 millones de niños murieron en 2009 antes de cumplir los cinco años de edad.
Cada año cerca de 2,1 millones de personas en todo el mundo mueren de enfermedades prevenibles por vacunación.
Los derechos de los trabajadores de salario decente básico, seguridad social, servicios públicos gratuitos y de calidad (educación, salud, transporte, electricidad) están siendo socavados y atacados.
La libertad de asociación y las libertades sindicales en general están siendo atacadas. Hay sindicalistas que son asesinados, encarcelados, despedidos.
Por el contrario, las ganancias de los capitalistas aumentan o permanecen desafiantemente altas.
En el año 2010 en medio de la crisis capitalista, las 50 empresas más rentables obtuvieron unos beneficios de más de 715 mil millones de dólares.
Esta realidad nos obliga, a los trabajadores del mundo, a un contraataque coordinado y militante en contra de la explotación capitalista y la barbarie para el cumplimiento de las necesidades básicas actuales y por un mundo sin explotación del hombre por el hombre.
El 3 de octubre de 2012, el Día Internacional de Acción 2012, vamos a luchar organizados con huelgas, manifestaciones, movilizaciones, actividades en docenas de países de los cinco continentes para acabar con la explotación depredadora de las multinacionales, para exigir nuestro derecho a alimentos, agua potable, vivienda, medicamentos, educación, transporte y servicios públicos gratuitos y de calidad para todos.
Un mundo sin trabajadores es imposible.
Un mundo sin capitalistas es necesario.