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Sobre la intervención militar imperialista en América Latina, lí­mites y contradicciones

I

“La guerra es la continuación de la polí­tica por otros medios”. Es la tesis de Clausewitz, que Lenin retoma para caracterizar la naturaleza imperialista de la guerra mundial, y a partir de ahí­ no perderse en el pacifismo pequeño burgués ni en el social chovinismo, planteando con claridad, con el resto de la izquierda de Zimmerwald, la consigna de convertir la guerra imperialista mundial en guerra civil mundial contra la burguesí­a. Esa tesis sigue siendo perfectamente válida y nos permitirá arrancar en la evaluación de la intervención militar de los centros imperialistas en América Latina.

Los objetivos de la polí­tica de los centros imperialistas, y por tanto los objetivos estratégicos de cualquier operación militar que tenga a éstos como su mando, son el control y expolio de los recursos naturales (energéticos, minerales, agua, biodiversidad, maderables, cultivos, etc.), los mercados, las rutas, etc., de la región para beneficio de sus monopolios.

Manifiesto Inaugural de la Asociación Internacional de los Trabajadores

30.Sep.14


Fundada el 28 de septiembre de 1864,
en una Asamblea Pública
celebrada en Saint Martin’s Hall de Long Acre,
Londres[1]

Trabajadores:

Es un hecho notabilí­simo el que la miseria de las masas trabajadoras no haya disminuido desde 1848 hasta 1864, y, sin embargo, este perí­odo ofrece un desarrollo incomparable de la industria y el comercio. En 1850, un órgano moderado de la burguesí­a británica, bastante bien informado, pronosticaba que si la exportación y la importación de Inglaterra ascendí­an a un 50 por 100, el pauperismo descenderí­a a cero. Pero, ¡ay! el 7 de abril de 1864, el canciller del Tesoro [*] cautivaba a su auditorio parlamentario, anunciándole que el comercio de importación y exportación habí­a ascendido en el año de 1863 «a 443.955.000 libras esterlinas, cantidad sorprendente, casi tres veces mayor que el comercio de la época, relativamente reciente, de 1843». Al mismo tiempo, hablaba elocuentemente de la «miseria». «Pensad —exclamaba— en los que viven al borde de la miseria», en los «salarios… que no han aumentado», en la «vida humana… que de diez casos, en nueve no es otra cosa que una lucha por la existencia». No dijo nada del pueblo irlandés, que en el Norte de su paí­s es remplazado gradualmente por las máquinas, y en el Sur, por los pastizales para ovejas. Y aunque las mismas ovejas disminuyen en este desgraciado paí­s, lo hacen con menos rapidez que los hombres. Tampoco repitió lo que acababan de descubrir en un acceso súbito de terror los más altos representantes de los «diez mil de arriba».

El debate sobre la miseria ideológica o la miseria del debate ideológico

Según las estadí­sticas que elaboran los principales centros económicos del imperialismo mundial, los signos más agudos de la crisis económica que afectó, en meses pasados, gravemente el nivel de vida de los asalariados de diversos paí­ses del centro de Europa, parecen apaciguarse. Las variables macroeconómicas, referidas a las cuentas nacionales, el PIB, los presupuestos nacionales y otros grandes agregados económicos, presentan cifras positivas en España, Portugal, Italia, Francia.

Los flujos de capitales, sobre todo los que se invierten en las bolsas de valores, también comienzan a experimentar mayores dinamismos. Aunque la productividad del trabajo se mantiene baja, lo que impide la producción de plusvalí­a relativa, por lo que la nueva fase de acumulación de capital sigue gravitando sobre la base de la plusvalí­a absoluta, con el consecuente estancamiento de los niveles de empleo y producción que se mantienen sin crecimiento real, a pesar de que las estadí­sticas de la economí­a afirmen datos de 1 o 1.5% del PIB.

La alienación, motor de vida del capital

Introducción:

Es preciso señalar esta cuestión, el capitalismo, aún con todas sus contradicciones, aún después de demostrar continuamente su naturaleza violenta a la hora de su expansión por la guerra imperialista, y sobre todo, Aún con un desarrollo avanzado de la teorí­a socialista-comunista ha logrado sobrevivir hasta nuestros tiempos, razones hay muchas pero la principal de todas ellas serí­a sin duda la alienación emanada de dicho modo de producción de libre mercado.

La alienación es la asesina de la conciencia, un estado en el que el hombre deja de ser eso mismo, pierde toda cualidad de ser pensante y único para convertirse en una cifra, representado en una cantidad de dinero, cantidad determinada no por su fuerza de trabajo sino por la conveniencia de aquel que se adueña de esta misma, el burgués.

La clase obrera en México, un primer acercamiento estadí­stico

Introducción

En la actualidad es común encontrarse con discursos según los cuales hablar de clase obrera es un anacronismo. Ya sea que desde la academia se argumente teóricamente la muerte del proletariado, o desde la “izquierda” se hable de los “nuevos sujetos emergentes”, todos coinciden en negar su existencia y/o su potencial revolucionario.

Y sin embargo, los obreros siguen diariamente llegando a su trabajo y produciendo la base material de la sociedad; parafraseando a Galileo Galilei: “y sin embargo, se mueven”. En este sentido, tiene razón el filósofo esloveno SlajovZizek en exhibir como fenómeno actual la necesidad de apartar de la mirada pública el proceso de producción, como si fuese una “indecencia obscena” algo que debe hacerse “bajo tierra”. De esta forma, mientras en los paí­ses de Occidente se pueden dar el lujo de balbucear acerca de la “clase obrera en ví­as de desaparición”, hay “millones de anónimos trabajadores sudando en fábricas del tercer mundo” (1).

¡Los idealistas contraatacan!


Napoleón: Me cuentan que ha escrito usted este gran libro sobre el sistema del universo sin haber mencionado ni una sola vez a su creador.
Pierre Simón Laplace: Nunca he necesitado esa hipótesis.
Napoleón: ¡Ah! Dios es una bella hipótesis que explica muchas cosas.
Pierre Simón Laplace: Aunque esa hipótesis pueda explicar todo, no permite predecir nada.

Introducción

A principios de la década de los 90´s, el abogado Philip E. Johnson lanza una “nueva” corriente a la comunidad cientí­fica, el Diseño inteligente (DI), la cual básicamente dice que un Diseñador inteligente pudo crear el universo y la vida, esto según él, se sostiene por la complejidad y diseño que presenta el comportamiento orgánico e inorgánico, pues ¿qué probabilidad hay de que se forme la vida a partir de simples reacciones quí­micas y leyes fí­sicas? Si bien es cierto que esta teorí­a carece de base y sobre todo de método cientí­fico, la verdad es que ha generado una gran controversia sobre todo en EU, donde se inició un juicio para enseñar DI en las escuelas públicas; también es innegable que varios cientí­ficos han caí­do seducido por sus prejuicios religiosos a esta corriente. Este trabajo está basado en mi tesis universitaria la cual está más desarrollada y que aquí­ se presente de manera somera.

Erudición del viejo océano, al misterio de la primitiva tierra

Los secretos de los extraños dí­as
se funden con las profundidades ocultas,
los oscuros bosques abren paso al moribundo erial
fundidas en el viejo océano de la tierra primitiva

Rodeado de misterio y silencio, sumido en sombras.
El suelo húmedo con los restos de infinitos tiempos de descomposición
se yerguen las colinas y los valles con profundos bosques
donde no ha resonado el ruido humano.

Lenin y los campesinos


“Nosotros obtuvimos la victoria más fácilmente porque en octubre de 1917 marchamos junto con todo el campesinado”.
Lenin en el I Congreso de la Internacional Comunista.

La llamada “cuestión agraria y campesina” ha sido objeto de acalorados debates teóricos y polí­ticos en el marxismo y el movimiento comunista internacional(1). Poco antes de la muerte de Lenin, en octubre de 1923, la Comintern creó la Internacional Campesina (Krestintern) para vincular a los comunistas de cada paí­s con las luchas de las organizaciones agrarias. Sin embargo, a pesar de la señalada importancia del campesinado para el triunfo de la Revolución de Octubre y el posterior gobierno bolchevique en Rusia, no existí­a un consenso con respecto a la caracterización del campesinado como un aliado en la lucha revolucionaria. León Trotsky, por citar un ejemplo conocido, opinaba en 1930 que el campesinado era “la menos internacional de todas las clases de la sociedad burguesa” y afirmaba que la Krestintern era una organización moribunda y reaccionaria(2).

Versos sin son para la Revolución Cubana


A la Revolución defiende, el proletariado aclama,
Recuerda Pinar del Rí­o, recuerda el Granma.
Aguanta un poquito más, aguanta.
Que toda la podredumbre que te acecha
Será lavada por un mar embravecido
De trabajadores del mundo unidos
Que cambiarán la correlación de fuerzas.
Cuba, cuí­date de los que te odian
Cuí­date de los que te aman.
Cuí­date de ti
Como le decí­a Vallejo a España.

Grito de revolución

200 Las voces de la historia gritan
¡Nunca más seremos silenciadas!
Nuestra memoria colectiva fue modificada
Y los héroes del pueblo en el olvido se quedan
Mientras los traidores de la clase obrera
Erigen monumentos con el sudor de los nuestros

Llegara el momento inevitable
En el que esta catástrofe llamada capitalismo colapse
Y los puños del proletariado con gloria se alcen
Empuñando armas contra los culpables

Persecución y censura: El caso del periódico El Machete en los inicios del Maximato

*Artí­culo publicado en El Machete

I.- Introducción:

El presente ensayo es el resultado de una investigación emprendida con el objetivo de conocer los motivos que llevaron a E. Portes Gil a emprender una campaña de persecución en contra del Partido Comunista de México (PCM), dando como resultado la censura del periódico El Machete (í“rgano Central del Partido Comunista de México. Sección de la Internacional Comunista). Para abordar dicho cuestionamiento la investigación inicia con la crisis polí­tica originada por el magnicidio perpetrado contra el presidente electo Gral. ílvaro Obregón (17 de julio de 1928) hasta llegar al final de la gestión del presidente interino Emilio Portes Gil.

II.- Fundación y datos generales del periódico.

La historia del periódico El Machete se inicia a partir de la iniciativa tomada por el Sindicato de Obreros Técnicos, Pintores y Escultores. Esta agrupación estuvo conformada por José de Jesús Alfaro Siqueiros, Diego Marí­a Rivera, Xavier Guerrero, Fermí­n Revueltas, José Clemente Orozco, Ramón Alva Guadarrama, Germán Cueto y Carlos Mérida.